Cualquiera que siga con un mínimo de interés las noticias de actualidad puede apreciar que el PSOE asume sin reservas una catástrofe electoral de gran importancia. Y también advertirá que el aparato del partido, se ha puesto manos a la obra con especial dedicación y con la única explicación de mantener su influencia en la Junta de Andalucía una vez fuera de ella, lo que le evitaría una fatalidad económica-política y simultáneamente podría neutralizar a su adversario el PP. Al menos, intenta obstaculizar al máximo la gestión de éste tras su más que posible triunfo en las urnas e impedirle que desmonte sus manejos dentro de la Junta.
Se habrá percatado además, con qué facilidad ha transformado en funcionarios a un buen número de trabajadores que ejercían sus funciones en empresas que la Junta forma parte de su accionariado. Son trabajadores en gran medida vinculados al Partido, que pueden con sola su existencia, influir negativamente en cualquier intento del PP por configurar alguna que otra trama partidista, como las que los socialistas han materializado en cinco lustros de mandato.
La agudeza del lector habrá advertido también, con cierto grado de sorpresa que el trato con Sadiel, -empresa de la que detenta el 37% de sus acciones y que unidas a las que poseen en Cajasol, integrada también en ella, representan la mayoría- es diferente a las demás en todos los sentidos. En este caso, en vez de permitir que sus trabajadores accedan a ser funcionarios, lo que intenta es privatizar la empresa.
Sorprende mucho más que a la par que coloca a Sadiel en situación de venta la integre en todos los negocios de gran calado de gestión y control que requiere el empleo de las nuevas tecnologías, fundamentalmente en los sectores monopolísticos y con especial énfasis en el público. Por ejemplo, Sadiel se ha adjudicado el desarrollo e implementación de sistema informático de la Universidad Pablo Olavide en Sevilla para la gestión del Programa de Apoyo a la Evaluación Docente del Profesorado, como también se incluye en la iniciativa denominada Smarta Commnunity System, que se trata de un programa de cooperación tecnológica hispano-japonesa a través de NEDO y Centro para el Desarrollo Tecnológico Industria dependiente del Ministerio de Ciencia e innovación español.
Sin embargo, lo mas importante es que Sadiel durante los años de su existencia a tenor de las noticias publicadas, se ha ido incorporando poco a poco a la función de controlar técnicamente a la administración pública, de manera muy especial en la Junta de Andalucía, desde la creación del SIRHUS (Sistema de Información de Recurso Humanos) hasta el control del gasto de la mismísima sanidad andaluza, pasando por la Justicia.
Si son ciertas las deducciones, el PSOE ha situado geoestratégicamente a sus correligionarios dentro de la Junta de Andalucía y se ha posesionado técnicamente de todos los resortes para hacer funcionar a la Administración Pública, asegurándose su dominio en ella después de perder las elecciones. Sadiel tiene las “llaves” y las “claves” de los programas y el personal necesario, algo que el PP no podrá reemplazar ni con nuevos funcionarios, como tampoco a través de la creación de una empresa de la envergadura de la de Sadiel durante la próxima legislatura, porque necesitaría muchísimo más tiempo. Sadiel pues, continuará desempeñando la misma función después de la salida del PSOE. Claro está si la Junta continúa siendo la accionista mayoritaria, el PSOE perdería su dirección directa, pese a que Sadiel está proyectada de tal manera que sus cuadros pertenecen al Partido, cuando no son familiares de sus máximos dirigentes. La privatización o venta a una empresa no menos sorprendente de mucha menor entidad que Sadiel puede ser la pieza que complete el puzzle. Pero tendría que ser una empresa del círculo de influencia del PSOE, como parece que lo es Ayesa. ¿Qué conseguiría con ello los socialistas? En primera instancia se asegura la protección de su trama, luego evitaría la fricción entre Sadiel y el PP, y el degüello de las principales cabezas del entramado, mantener el control directo desde el aparato del partido de toda la Administración Pública, coartando la “libertad” de movimiento de su oponente y probablemente continuar percibiendo los beneficios económicos a costa del pueblo andaluz. Sería con toda seguridad un golpe de estado dentro de la Junta para pasar a ser ésta un coto de caza privado de los socialistas.
¿Están ajenos a toda esta película los demás partidos que componen el parlamento andaluz? ¿Y los sindicatos? Los sindicatos como CC.OO. mayoritario en Cajasol y cuyos miembros pertenecen a la dirección regional de COMFIA, deben saber lo suyo, pero nada podemos esperar de quienes tienen en su haber la defensa de sujetos denunciados por obrar contra los principios de la propia central, mientras expulsan al denunciante, porque no le interesaba a la dirección de la empresa y cuando no son capaces de denunciar el incumplimiento de los empresarios durante dos años de las cláusulas de revisión del convenio sectorial vigente etc.
En cuanto a los partidos adversarios del PSOE en el parlamento, tenemos que decir, que sabrán todo, todo, todo. No es posible que nosotros con recursos pobres y desde el exterior podamos alcanzar más que ellos y estando José María Aznar en la cúpula de Endesa que atesora el 37% de las acciones de Sadiel . Ahora bien, como políticos maniobreros, no les interesan descubrir el tinglado en este momento a un año vista de las elecciones autonómicas, con el tiempo la noticia iría perdiendo fuerza, les conviene ir dosificando el suministro de datos para ir caldeando el ambiente, para una vez llegado el momento oportuno hacer explosionar la bomba.
Aún no sabemos de donde extrae sus datos al respecto “Libertad Digital” que es la encargada de dosificar su publicación y que prueba que “el 17 por ciento de sus trabajadores (Sadiel) tiene una mesa y una silla en una Consejería, un Instituto o un Servicio de la Junta de Andalucía”.
Tal vez, esta sea la causa por la que se haya frenado la venta a Ayesa que estaba programada para el 4 de Marzo pasado y que hasta hoy no se ha podido sellar. Pero también pesa y mucho, que los trabajadores de Sadiel están enfrentados con su dirección por la consecución de su primer convenio colectivo. La empresa se hace fuerte y sospechamos que sea por dos causas: primera, porque espera que los sindicatos, la patronal y el gobierno lleguen a un nuevo acuerdo laboral, que podría colocar las reivindicaciones fuera del marco que se vaya a establecer y situar a los trabajadores en la “ilegalidad” y segunda, Sadiel, pretenderá que los trabajadores no logren ningún objetivo que repercutiría, por supuesto, en las condiciones económicas y laborales de la plantilla de Ayesa, cuando ésta empresa lo que persigue es todo lo contrario, que las condiciones de trabajo y salario de los empleados de Sadiel se equiparen a los de Ayesa, naturalmente muy por debajo.
Curiosamente, la Junta de Andalucía salvaguarda de los derechos humanos de los ciudadanos andaluces, intenta desaforadamente vulnerar los de sus empleados para venderlos a precio de saldo a una empresa privada, en donde no existe comité y sus trabajadores no gozan precisamente de buena saluda laboral.
Se ve claramente que todos los protagonistas están pendientes del tiempo. Por un lado al PSOE le interesa la venta rápida; en cambio, al PP le conviene que se posponga en el tiempo para maquinar su estrategia, también los trabajadores de Ayesa esperan el desenlace del conflicto que mantienen los trabajadores de Sadiel con su empresa por lograr un convenio digno, para subirse al carro, aunque tanto Ayesa como el PSOE, podrían beneficiarse de la prolongación del tiempo, sin exceso, para rebajar el precio de venta de por sí ridículo, pues al parecer Ayesa, considera que las “huelgas” que lleva a cabo la plantilla de Sadiel deprecia el valor de su venta.
Comprobamos pues, que en estas fricciones interpartidistas lo que menos importa es el bien social y el fortalecimiento de su propia “democracia”, por el contrario, creemos que es una buena lección para entender los entresijos de un sistema inhumano coronado por la impudicia y la codicia.
Entendemos que los trabajadores de Ayesa y de Sadiel, no deben esperar nada en el tiempo, deben organizarse, creando una comisión o como ellos deseen. Ambas plantillas deben afrontar sus realidades que por mor de la decisión firme de sus enemigos se ha fundido en una sola. El momento político y la profundidad del escándalo juegan a favor. De lo contrario, el convenio de Sadiel será el de Ayesa, la victoria o la derrota, por consiguiente, también lo será.
Si caminan los dos juntos desde ya, seguro que el éxito está asegurado, porque a los trabajadores los que les interesa es exacerbar las contradicciones de sus enemigos, que explote la bomba para bien de la clase obra entera. No tengáis ninguna duda de que desde la ASAMBLEA POPULAR DE SEVILLA, tendréis todo el apoyo y la disposición para lo que creáis oportuno.
COMISION PERMANENTE DE LA ASAMBLEA POPULAR DE SEVILLA
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